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durante la Semana Santa de 1957 era inaugurada públicamente la Exposición de Arte Sacro en la misma Sala Capitular. A raíz del éxito de público logrado, surgió la idea espontánea de un museo permanente. Su creación la podemos fijar el día 7 de agosto de 1957, cuando el obispo Dr. Iglesias decretaba la constitución oficial del "Museo Diocesano de Urgell". El emplazamiento original fue la iglesia de Sant Miquel y después se acondicionó la iglesia de la Pietat. Actualmente el Museo consta de varias salas de visita repartidas en tres pisos y una cripta, así como salas anejas para exposiciones temporales de arte y salas para exhibiciones multimedia. El museo reúne pinturas, esculturas y orfebrería provenientes de las parroquias de la diócesis y del tesoro de la catedral. En todo ello tiene mucho que ver el despoblamiento que padecía los Pirineos entonces, quedando la mayoría de pueblos prácticamente deshabitados y, consecuentemente, innumerables materiales artísticos se encontraban el peligro de pérdida o degradación. |
En el plazo de unos cinco años ingresaron al Museo más de un centenar de objetos artísticos provenientes de varios sitios de la Diócesis. Y son estos, actualmente, los fondos globales del Museo. De hecho constituye una riquísima colección de objetos de Arte, que abarca del siglo X hasta el siglo XVIII. Como uno sabe, la riqueza artística de los Pirineos es enorme. A pesar de los pesares es necesario destacar el Beatus de Lièbana, un códice miniaturizado del siglo X y que fue objeto de un robo el día 29 de septiembre de 1996 del Museo Diocesano de Urgell. Afortunadamente fue recuperado, merced a la tarea investigadora del cuerpo de la Guardia Civil, casi íntegro (sólo carece de una hoja) el día 21 de enero de 1997. Una de sus páginas la podéis ver más arriba . Ahora en el Museo sólo se puede contemplar una reproducción exacta del mencionado códice. |
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Además del Beatus de Lièbana, el Museo conserva también importantes manuscritos y otras reliquias de diferentes épocas (románico, gótico, renacentista, barroco), a partir del siglo XI y hasta el XIX, así como pintura mural y sobre tabla, esculturas, orfebrería, tejidos y ornamentos. Todo ello distribuido de manera cuidadosa en numerosas salas. Un magnífico legado de obligada visita, además, desde el museo podemos contemplar una magnífica panorámica del claustro, como ya hemos indicado antes, totalmente restaurado. El actual diseño del museo es obra del arquitecto Lluís Maria Vidal y Arderiu, desgraciadamente ya desaparecido. |
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