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El pozo visto desde arriba.
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Durante muchos siglos, el hombre ha utilizado el hielo y la nieve para elaborar helados, para conservar el pescado, entre otros alimentos, y productos con fines terapéuticos, etc. Cuando el frío helaba el agua, el hielo resultante se almacenaba dentro de pozos. Al llegar la calor, este hielo se utilizaba y comercializaba. El pozo de Oliana es un singular ejemplo de este aprovechamiento de los recursos. Situado cerca del río de la Flor, a las afueras de la vila de Oliana, se trata de una construcción subterránea, de planta circular y cubierta con vuelta de media esfera. Su altura máxima es de 8,3 metros y su diámetro de 5, 45 m. Estas características permitían mantener el aislamiento térmico del pozo. Se accedía por un pasadizo de 12 metros de largo y muy estrecho, que avanzaba en forma de 4. Ello permitía mantener el aislamiento térmico del pozo. Ahora, el nuevo acceso, abierto para facilitar las visitas, tiene unas dimensiones de 13 x 2 x 2,5 m. que facilitan el acceso a los visitantes. |